martes, 12 de febrero de 2013

Rendición del Castillo de Bellver (1343)

Publicado en el blog: "estaba yo pensando... ahora escribiría sobre..."

No hace mucho, leyendo el Cronicon Mayoricense que compré, me chocó el relato de la forma en que el 3 de junio de 1343, las tropas leales al rey Jaime III de Mallorca, rendían el Castillo de Bellver a las del rey aragonés Pedro IV. Con eso y el artículo reciente de Tomás Ribot (más centrado en la figura de Gilabert de Centelles), me he animado a escribir algo en mi blog sobre esa rendición.

Voy a intentar hacer un resumen rápido del conflicto que llevó a la entrega del castillo al rey Pedro IV, porque si lo contara todo este artículo sería interminable. Me serviré para ello del mismo Cronicon Mayoricense, y de cómo se cuenta en él las disputas entre Jaime III de Mallorca y Pedro IV.

El Cronicon, en mayo de 1339 hace una primera referencia a este histórico conflicto (que terminó con la muerte de nuestro rey Jaime III), cuando dice que:
habiendo entrado a gobernar en Aragón el Sr. Rey D. Pedro, toda su quimera fue apoderarse del reino de Mallorca. 
Desde ese momento y año tras año, va contando cómo se desarrollan los encuentros y desencuentros entre Pedro IV de Aragón y Jaime III de Mallorca. Según este robusto libro, en 1340 Felipe de Francia invadió Montpeller siendo del Rey D. Jaime de Mallorca. Entonces Jaime pidió ayuda a Pedro IV de Aragón, pero éste no hizo más que prorrogar la respuesta de si iba a ayudarle o no contra el francés.

Jaime III de Mallorca
En 1341, los tres reinos andaban en negociaciones sobre dicho conflicto,pero la última razón del francés, fue valerse de las armas. Jaime III intentó otra vez que Pedro IV le ayudara contra el rey de Francia, pero el aragonés no sólo no le ayudó, sino que (después de no acudir a los encuentros que proponía Jaime) además consideró que el de Mallorca no podía intentar guerra contra el de Francia y que no quedaba él obligado a favorecer ninguna guerra injusta

Así llegó 1342, el papa Clemente VIenvió al nuncio apostólico D. Arnaldo para intentar buscar una solución entre la disputa de los reyes de Aragón y Mallorca. Pero, aunque (dice el Cronicón) procuró el Nuncio apostólico concordarlos, jamás pudo llegar a conclusión con ellos. Y sigue relatando que en ese momento, estando en Barcelona, Pedro IV informó a Jaime III que no había ido hasta allí para hacer las paces, sino para matarlo y apoderarse de él, y remitirle al castillo de Alaró en Mallorca. Luego el aragonés, arrestó a la reina de Mallorca y Jaime III le dijo:
Señor, yo he venido bajo vuestra palabra, fe y salvo conducto y en vuestra casa se me han hecho extorsiones y violencias, y me han quitado a mi mujer a la fuerza, y veo la mala disposición de poder aguardar de vos cosa favorable, y no habiéndome guardado el salvo conducto, os pido licencia para irme, negándoos en adelante tener mi reino en feudo vuestro.
Así se fue Jaime sin la reina. Y viendo el Nuncio apostólico que dichos reyes quedaban peores que antes y sin esperanza de poderlo remediar, se partió por el mes de agostoY entonces continuó el rey de Aragón el proceso contra el de Mallorca, y al entretanto pasó a formar una gruesa armada para ir contra Mallorca.

Pedro IV de Aragón
Cuenta luego como aquel mayo de 1343,Pedro IV llegó a Mallorca, desembarcando en Paguera y Santa Ponsa. Allí, se encontraron con tropas leales a Jaime III a quienes preguntaron dónde estaba el rey y estos le dijeron que estaba donde Dios sabía (¡genial respuesta!). Combatieron pero las fuerza de Jaime III se dispersaron. El relato es crítico: se vio la cobardía de aquellos mallorquines, no debiéndose atribuir a otra cosa que al secreto contrato que hizo en Barcelona Beltrán Roig, ciudadano de Mallorca. Ante la derrota, Jaime III se sintió traicionado por lo suyos y huyó de la isla.

Luego relata como ya estaba dispuesto Pedro IV para tomar la ciudad de Palma, cuando se le presentaron cerca de Illetas (29 de mayo) los embajadores de Jaime III para rogarle que no atacara la ciudad y prometerle juramento. Así el 31 de mayo, prestaron homenaje al rey de Aragón en nombre de la ciudad y reino de Mallorca.

Rendición de Bellver

Pero sigue el relato diciendo que después de aquella incursión de las tropas aragonesas, y juramento, era necesario que quienes gobernaban los castillos de la isla (Bellver, Alaró y Santueri cita el libro), entregaran el control a los de Pedro IV.  Y así cuenta (motivo de este artículo de hoy), cómo fue la rendición del de Bellver, el 3 de junio de 1343. 

Explica que allí, se habían fortificado los leales a Jaime III, y era alcaide del castillo Nicolás de Marí. Así que Pedro IV envió a Bernardo Sord para que de su parte, negociara la rendición de Bellver. Y relata que el tal Bernardo "razonó" con Nicolás Marí de la siguiente forma:
Nicolás de Marí, catad que yo, de parte del Rey D. Pedro de Aragón y de Mallorca, os requiero a vos y a todos, y a cuantos con vos aquí dentro estáis, que nos entregueis el castillo [...] porque de otra suerte os hago saber de su parte, [..] que si vos, Nicolás de Marí, como cabeza que sois, no obedecéis en entregarnos el dicho castillo, habéis de perder la cabeza, sin que os recibamos a merced, con confiscación de vuestros bienes, de vos y de vuestra familia y de cuantos con vos aquí dentro están en compañía vuestra y guarda del castillo.
Parece que Nicolás, quiso consultarlo con sus compañeros y prolongaron la respuesta hasta el siguiente día. Luego, (dice) salió el alcaide por una ventana a pedirle a Sord algo más de tiempo para dar respuesta, pues quería consultar a Jaime III, por cuanto él no conocía a otro si no a su rey por quien tenía aquel castillo. Por supuesto se le denegó otro plazo porque el portavoz de Pedro IV, sabía que con los pocos soldados que había allí dentro, no se podía defender el castillo. Y entonces cundió el pánico...

Los soldados que allí había, comenzaron a decidir que era mejor rendirse, y aún así, Nicolás de Marí (dice) no quería entregar el castillo. El relato sigue contando cómo fueron saliéndose soldados, unos en pos de otros, se salieron todos y quedó sólo Nicolás de Marí con tres de su compañía. Y en ese momento fue cuando Nicolás protestó a los que allí habían quedado. Les dijo que él solo no era bastante para defender el castillo, porque de ochenta hombres que estaban en él de guarnición, no quedaban más que cuatro en su defensa.

Y es en ese momento del texto cuando uno comprende lo que pudo sentir el tal Nicolás, tan convencido como estaba de presentar resistencia, una vez que los hombres en quien confiaba le abandonaron:
y destituido de toda esperanza de remedios echó por el suelo, en medio del patio, las llaves del castillo, que antes nunca dejó de las manos: y uno de aquellos sus compañeros, tomó dichas llaves y abrió las puertas del castillo, y luego todos se salieron fuera, sólo quedó el dicho Nicolás de Marí, y después con el tropel de la gente que entró se salió también muy triste, y dando grandes gemidos, con muestras de grande sentimiento.
Y así, entró Bernardo Sord, de parte del Rey D. Pedro y tomó posesión del castillo.


Patio del Castillo de Bellver, donde bien pudo Nicolás de Marí, lanzar rendido las llaves

Leyendo cómo fue la entrada de las tropas aragonesas en el castillo, uno puede imaginarse la escena y ver a un Nicolás hundido y sin fuerzas, que intentó resistir por su rey Jaime III y tuvo que abandonar su puesto de una forma poco gloriosa, entre llantos y lamentaciones. Así se rendía, mientras debía salir como alma en pena, sorteando a los soldados aragoneses que debían estar entrando en ese momento con gran alegría, al interior del castillo.

He intentado buscar algo en internet sobre la vida del tal Nicolás de Marí, pero no he encontrado nada. En el Cronicon, se habla de un Nicolás de Mari, domicelo, como el primero de los que prestaron juramento y homenaje en julio de 1343 al nuevo rey de Mallorca, Pedro IV.

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